Por favor, use este identificador para citar o enlazar este ítem: https://hdl.handle.net/20.500.12104/104714
Título: El proceso de internacionalización del currículo (IdC) en la Universidad Técnica Particular de Loja
Otros títulos: Un análisis desde la práctica docente para su efectiva implementación
Autor: Bravo Muñoz, Ana Stefanía
Director: Torres Hernández, Ana Marcela
Asesor: Díaz Pérez, Wendy
Pantoja Aguilar, Martín P.
Palabras clave: Analisis;Practica;Docente;Internacionalizacion;Curriculo
Fecha de titulación: 12-ene-2024
Editorial: Biblioteca Digital wdg.biblio
Universidad de Guadalajara
Resumen: En un mundo globalizado y fuertemente interconectado, es cada vez más innegable que la internacionalización se ha convertido en un elemento clave para la mejora continua de la calidad de la educación superior (de Wit & Altbach, 2020). La importancia de planificar las estrategias para la internacionalización institucional se evidencia a través de la gestión de alianzas estratégicas, investigaciones colaborativas e iniciativas de enseñanza, para el intercambio y la creación de conocimientos en las actividades curriculares y extracurriculares inmersas en el campus universitario (Robson, 2017). Para una efectiva planificación de la internacionalización de la educación superior es importante tomar en cuenta lo que la UNESCO (1996) establece en cuanto a que la educación debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión; aprender a hacer para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir juntos para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas; por último, aprender a ser para ello la educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona (Delors, J. et al., 1996, p. 96-109). Además, es necesario poner atención a lo que la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación destaca sobre la necesidad de iniciar la construcción de un nuevo pacto educativo de aquí al 2050. Este pacto deberá basarse en los fundamentos de justicia social, equidad epistémica, sostenibilidad económica y ambiental. Su objetivo esencial es educar para la ciudadanía global al contribuir con la transformación del porvenir, garantizando el cumplimiento de las necesidades tanto de la humanidad como del planeta. Se plantean los contenidos críticos del aprendizaje que se enfocan en habilidades de ciudadanía global, innovación y creatividad, tecnológicas e interpersonales; y en aprendizajes como: personalizado, accesible e inclusivo, colaborativo y continuo en respuesta a las crecientes demandas de ciudadanía global (UNESCO, 2022). Es así como, educar para la ciudadanía global se relaciona con el tipo de sociedad que queremos alcanzar (Sanz Leal, 2021). Es por ello que, es importante comprender que el aprendizaje que el ser humano adquiere se puede traducir en ‘ser competente’, un término emergente que de acuerdo con Estrada-Mejía et al. (2011) se logra a través de un proceso continuo de formación a lo largo de la vida en el que intervienen no solo las instituciones de educación, sino también procesos culturales que se desarrollan con la familia y con los demás miembros de la sociedad; es decir, ser competente implica tener la capacidad de aplicar habilidades y conocimientos de manera efectiva y eficiente en situaciones prácticas y poder transferir esas habilidades y conocimientos a nuevas situaciones, así como adaptarse a las necesidades y demandas cambiantes del entorno (p. 107-112). Ahora bien, ‘ser competente en un mundo globalizado’ es quizá el reto más complejo de las instituciones educativas que pretenden formar a estudiantes globalmente preparados (ciudadanos del mundo), y esto tiene relación con el término competencia global, el cual se refiere a la capacidad de comprender y abordar de manera efectiva los desafíos globales complejos que enfrentamos hoy en día. Ser globalmente competentes implica que las personas pueden pensar críticamente, comunicarse efectivamente y colaborar con personas de diferentes culturas para resolver problemas comunes (Hunter, et. al, 2006). En este sentido, Peña y Aponte (2018) en su teoría sobre la internacionalización conectiva se refiere a la idea de que ser un ciudadano del mundo (ciudadano global) significa ser capaz de conectarse y comunicarse con otras personas en todo el mundo y convivir en armonía con ellas y con el planeta. Para lograr esto, es importante que los humanos potencien su naturaleza social y construyan nuevas formas de aprender y adquirir conocimientos que trascienden los límites geográficos.
URI: https://wdg.biblio.udg.mx
https://hdl.handle.net/20.500.12104/104714
Programa educativo: MAESTRIA EN EDUCACION SUPERIOR INTERNACIONAL
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